mis enlances
AMIGOS
DIÁLOGO | 13:46 |
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Discusión entre dos novios
Una tranquila tarde Natalia estaba en su cuarto haciendo los deberes, cuando el teléfono empieza a sonarle. Era su novio Sergio.
-Nati, soy Sergio, te llamaba para recordarte que mañana me traigas la sudadera por favor, y también queria decirte que te quiero mucho. No lo olvides.
- ¿Para eso me llamas?- dijo ella con un tono bastante bulgar.-Creí que ya quedó claro que tenía que llevarte mañana la sudadera, y sabes de sobra que tengo que estudiar mucho para que me interrumpas, simplemente para decirme que me quieres, como si no lo supiera. Sergio no entendía muy bien lo que le estaba ocurriendo a su novia, por lo que le respondió amablemente que no lo había hecho con mala intención. Aún así, Nati seguía en las mismas.
-Ya, supongo que quizás no hayas hecho esto con mala intención, pero besar a otra chica cuando aún estas conmigo es un poco fuerte... ¿dónde quedó ahí la intención?
-¡PERDONAA! - exclamó Sergio -No se quién te habrá contado semejante tontería, porque no he besado a nadie mas que a tí. Jamás podría hacer una cosa así, porque te amo, porque eres mi vida entera, y por mil razones más.
- Si ya, pues eso no es precisamente lo que me han contado...- dijo Natalia con un gran nudo en la garganta, dispuesta a romper a llorar.
- ¿No iras a llorar por algo que ni ha sucedido, verdad?, porque hay bastante gente celosa y dispuesta a romper relaciones tan bonitas como la nuestra.
Natalia miró al reloj y siguió hablando:
-Sergio, se me hace tarde y tengo mucho que hacer todavía, pero que esta conversación no se ha acabado aún...
Sergio también miró al reloj, y aunque no le parecía tarde, se tenía que despedir:
-Adios cariño, y espero que a partir de ahora confíes un poco más en mí. Y además, puedes preguntarle al mundo entero, que todas te dirán que no me han besado nunca.
-De acuerdo. Le preguntaré a una tal Cristina que tu bien conocerás. Quizás ella me cuente algo distinto.
Natalia colgó el teléfono rápidamente, mientras que Sergio ni pestañeó. Se quedó en el sitio, sin moverse, cuando una lágrima comenzó a caer por sus mejillas y murmuró:
- Me han pillado...
-Nati, soy Sergio, te llamaba para recordarte que mañana me traigas la sudadera por favor, y también queria decirte que te quiero mucho. No lo olvides.
- ¿Para eso me llamas?- dijo ella con un tono bastante bulgar.-Creí que ya quedó claro que tenía que llevarte mañana la sudadera, y sabes de sobra que tengo que estudiar mucho para que me interrumpas, simplemente para decirme que me quieres, como si no lo supiera. Sergio no entendía muy bien lo que le estaba ocurriendo a su novia, por lo que le respondió amablemente que no lo había hecho con mala intención. Aún así, Nati seguía en las mismas.
-Ya, supongo que quizás no hayas hecho esto con mala intención, pero besar a otra chica cuando aún estas conmigo es un poco fuerte... ¿dónde quedó ahí la intención?
-¡PERDONAA! - exclamó Sergio -No se quién te habrá contado semejante tontería, porque no he besado a nadie mas que a tí. Jamás podría hacer una cosa así, porque te amo, porque eres mi vida entera, y por mil razones más.
- Si ya, pues eso no es precisamente lo que me han contado...- dijo Natalia con un gran nudo en la garganta, dispuesta a romper a llorar.
- ¿No iras a llorar por algo que ni ha sucedido, verdad?, porque hay bastante gente celosa y dispuesta a romper relaciones tan bonitas como la nuestra.
Natalia miró al reloj y siguió hablando:
-Sergio, se me hace tarde y tengo mucho que hacer todavía, pero que esta conversación no se ha acabado aún...
Sergio también miró al reloj, y aunque no le parecía tarde, se tenía que despedir:
-Adios cariño, y espero que a partir de ahora confíes un poco más en mí. Y además, puedes preguntarle al mundo entero, que todas te dirán que no me han besado nunca.
-De acuerdo. Le preguntaré a una tal Cristina que tu bien conocerás. Quizás ella me cuente algo distinto.
Natalia colgó el teléfono rápidamente, mientras que Sergio ni pestañeó. Se quedó en el sitio, sin moverse, cuando una lágrima comenzó a caer por sus mejillas y murmuró:
- Me han pillado...